Publicado en El Comercio el 04/12/2013

¿Quién ordenó el resguardo?

Esta pregunta, tan simple como complicada, en el Caso López Meneses, no debe responderse retrocediendo el tiempo a 1990, sino levantando un par de alfombras incómodas del propio actual gobierno, en pleno 2013. A ello debieran estar dedicados Ollanta Humala y Nadine Heredia, a buscar, hacia dentro del poder que ambos manejan, al culpable de facilitar la penetración del montesinismo en el gobierno.

Una de las alfombras es la militar-policial que debe responder la pregunta: ¿De quién vino la orden de montar una protección descomunal en la casa de Óscar López Meneses, operador de Vladimiro Montesinos con vínculos estrechos en el entorno cercano al presidente Humala? ¿Vino del coronel Oswaldo Zapata, compañero de promoción de Humala y amigo de toda la vida de López Meneses? ¿O quizá del general Raúl Salazar? Han renunciado a sus cargos el ministro del Interior Wilfredo Pedraza, el consejero de defensa y seguridad nacional Adrián Villafuerte y el viceministro del Interior, cabeza de la estrategia del Vraem, Iván Vega, además de haber sido separados de sus funciones cuatro generales de mando y dos coroneles administrativos.

¿Todos estos descabezamientos es porque los responsables del resguardo a la vivienda de López Meneses provienen de 1990?

Que el mandatario no solo niegue conocer a López Meneses, sino que encima lo llame “basura”, no desmiente la estrecha relación de este con el coronel Oswaldo Zapata, compañero de promoción de Humala y prácticamente introductor de tan tenebroso personaje en los círculos de poder militar y policial del más alto nivel.

La otra alfombra es propiamente la política, que debe responder a la pregunta mayor:

¿Quién dio la orden de tan desproporcionado resguardo, al punto que esta se cumpliera sin dudas ni murmuraciones y se convirtiera en un secreto casi de Estado? ¿Qué hicieron las niñas de los ojos de Humala en materia de defensa, seguridad y combate al narcoterrorismo, Villafuerte y Vega, que no lo alertaron sobre lo que venía?

Señor Humala, señora Heredia, señor Villanueva, no se afanen en coincidir con el señor Abugattás en que la comisión investigadora del Congreso deba remontarse a 1990. Háganse una sola y crucial pregunta: ¿Quién ordenó el resguardo de la casa de López Meneses, al costo policial, económico y político que todos conocemos? ¿Todos ellos quieren saber la verdad? Pregunten por el funcionario, asesor, general u oficial de menor grado que arregló todo para que la casa del íntimo colaborador de Vladimiro Montesinos tuviera la protección que este solicitaba entre las sombras.

Nadine Heredia debiera ayudar a su esposo a salir del embrollo en la esfera que ambos conocen muy bien: la del poder político. En esa esfera está la respuesta a la pregunta clave: ¿Quién ordenó el resguardo a la casa de López Meneses? Nada más que eso por el momento.

Ni Humala ni Heredia necesitan mirar al Congreso ni a las nubes. Quizás a los responsables los tienen muy cerca de ellos.

JPC

El Enemigo por dentro I

— Nadie quiere saber sobre la penetración montesinista en los años noventa, sino sobre la penetración montesinista en este gobierno y a través de la gente de confianza del presidente Ollanta Humala, entre ellos sus compañeros de promoción del Ejército.

El Enemigo por dentro II

— El pretender desviar la investigación a los años noventa no hace sino revelar dos tipos de temores: el temor a conocer al enemigo por dentro y  el temor a que los hechos descubiertos puedan arrastrar responsabilidades mayores.

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